Un mentor espiritual es como un guia de alta montaña que se responsabiliza de que su cliente llegue a su objetivo y regrese sano y salvo.
El mentor está a cargo de la expedición, y es gracias a su capacidad en la gestión de grupos o individuos y sus habilidades técnicas, knowhow y experiencia que genera confianza en su cliente. La relación con un mentor espiritual es mucho mas intensa que la del coaching. Las dos se basan en la confianza y la honestidad, pero en el mentoring la responsabilidad recae sobre el mentor, mientras que en el coaching la responsabilidad recae sobre el cliente. Cuando queremos explorar un entorno nuevo, con un riesgo alto para nuestra integridad física y mental es aconsejable empezar buscando un buen guia que conozca a fondo el entorno que para nosotros es nuevo. Si establecemos una relación con este guia, estamos de facto otorgándole una autoridad que no le otorgaremos a un coach. Debido a nuestro desconocimiento del entorno y las condiciones de ese entorno, debemos ser capaces de delegar la autoridad en la figura del guia o mentor, ya que este con su experiencia y pericia busca minimizar los riesgos y alcanzar el objetivo. Si no estamos dispuestos a tomarnos muy en serio sus consejos y advertencias, no hace falta que perdamos el tiempo fingiendo que confiamos en él. Cuando las cosas van bien y las condiciones son favorables tendemos a olvidarnos del guia/mentor, que parece que sea nuestro compañero. Pero es en los momentos críticos y delicados cuando la confianza en él debe ser sincera, ya que si no le hacemos caso podemos poner en riesgo nuestra integridad y la suya. Por eso es tan importante asegurarnos de la HONESTIDAD y CAPACIDAD del mentor, para poder confiar en él en los momentos delicados que tarde o temprano aparecen. Una vez hayamos ganado experiencia en el nuevo entorno, la tarea del mentor pasará a segundo plano, ya que el objetivo de todo mentor espiritual genuino es ayudar a sus clientes a crecer y desarrollarse, para que mas adelante cuando estemos capacitados podamos ayudar a otros en su crecimiento de forma segura y eficiente. Las técnicas y métodos que el mentor nos irá mostrando a medida que progresemos son cada vez mas delicadas, y si no se utilizan bajo la supervisión de un guia calificado podrian poner en riesgo nuestra integridad mental, causando graves desequilibrios incluso a nivel físico. Es por ello que si no confiamos plenamente en un mentor espiritual, mejor que busquemos a otro. Tarde o temprano todos debemos buscar y encontrar a nuestro mentor espiritual, aunque cada uno de nosotros tiene su propio ritmo.
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